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martes, 16 de noviembre de 2010

La Responsabilidad Empresarial


La responsabilidad es una de las maneras más antiguas de describir aquello que  defendemos o las áreas más importantes en las cuales podemos hacer una diferencia. Pensamos que entendemos la responsabilidad solo porque sabemos que tiene que ver con la parte de la tarea que nos toca hacer y por la que se nos pedirá cuenta. De esta manera, podríamos hacernos algunas interrogantes dentro de lo que conocemos como empresa: ¿cuál es la responsabilidad que decimos que tenemos? ¿Realmente es la verdadera?, aquella que llamamos ajena…porque en realidad esa es la que nos llevará hacia el reconocimiento genuino.
Existe una gran diferencia entre lo que uno hace y lo que puede hacer, ya que lo que uno hace no dice a ciencia cierta todo de lo que somos capaces de hacer. De esta manera, en las organizaciones laborales donde trabajamos, se conoce solo una parte de nuestro saber. Este pequeño pedazo es por el cual, las empresas son capaces de pagar para que su actividad social no se detenga y continúe generando ingresos. En realidad lo que hacen es estimular el hecho de que la responsabilidad solo sea parcializada y fragmentada como una manera socialmente aprobada de validar segmentos de saber.
Cuando decimos que somos responsables, decimos que escogemos una parte para velar y cuidar que todo lo que se haga y decida en ella tenga toda nuestra capacidad. Estamos diciendo que atendemos una obligación per se. No obstante, no decimos con esto que solo somos responsables por llevar la contabilidad en la empresa, por atender los recursos humanos, por responder llamadas, cuidar el mantenimiento o archivar las carpetas de las reuniones, ya que esto solo es la razón formal por la cual se nos paga pero no habla para nada de un nivel de responsabilidad total.
La responsabilidad es el arte de tener una respuesta a las tareas y problemáticas donde estamos, tareas que se alinean con la representación de utilidad y funcionabilidad que tenemos. Podemos decir que en la empresa está la actividad por la que se me paga y se me contrató, o el universo organizacional externo a mi trabajo formal. Puedo ver una silla tirada fuera de mi oficina y no levantarla o puedo apagar las luces del pasillo que se quedaron encendidas; puedo sugerirle al cortador del césped que delante tiene una piedra o ignorar que hablan mal de otros colegas de trabajo delante de mí.
Nuestra responsabilidad es un cosmos que se sustrae o expande en relación con lo que entendemos como lo que es nuestro, a la larga habla de mis grados de valor al lugar donde trabajo. Entender nuestro sentido de utilidad es expresar si somos como el común de los mortales o somos la clase de personas que puede ver una solución a la mano en cada problema que vemos. Si nuestro sentido de responsabilidad es pequeño, cumpliremos con nuestra función como trabajador convencional, mas si el sentido es amplio, siempre existirá un ojo que pueda discernir que el concepto de ser responsable es una forma ampliada del espacio laboral.

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